Socialistas de Buñol

La nueva sanidad

 

Cuando se comenzó a hablar de privatización, nos manifestamos en contra de la misma principalmente por dos motivos: Uno, el principal, porque ideológicamente nos repugna, porque creemos  que tanto el derecho a la salud, como a la educación o a las prestaciones sociales sólo pueden defenderse y gestionarse desde los poderes públicos para garantizar un acceso igualitario de todos los ciudadanos a disfrutar de esos derechos. En segundo lugar, porque  la sanidad como derecho público es incompatible con la gestión de una empresa privada, para quien lo prioritario en la prestación de un servicio no es la calidad del mismo en sí, sino la obtención de un beneficio económico en ese empeño.

 

No obstante, dada la situación de penuria en la que ya se encuentra desde hace tiempo la sanidad pública en nuestra Comunidad, con la derivación de fondos hacia los centros privados a través del plan de choque y otras triquiñuelas similares, el deterioro progresivo de la misma gracias a la reducción de recursos materiales y humanos, y el maltrato a los profesionales a los que se obliga a prestar sus servicios en unas condiciones de estrés permanente, creíamos que la nueva forma de gestionar, si fuese cierto que los beneficios dependen de una utilización racional de los recursos, traería algunas mejoras a nuestros centros de salud,  porque gestionarlos peor es imposible. Para abundar en esta impresión, la persona designada por la empresa concesionaria del hospital de Manises y de la asistencia en su área de influencia para poner en marcha el traspaso, nos convenció de que se mejoraría el acceso a los medios diagnósticos y se reducirían las listas de espera cuando el nuevo sistema de gestión funcionara a pleno rendimiento.Apenas han transcurrido cinco semanas desde que la Consellería de Sanidad abandonó en manos de la empresa privada la gestión de la sanidad pública del llamado departamento de Manises, que incluye las poblaciones de Aldaia, Quart de Poblet, Manises, Ribarroja, Cheste, Chiva, Turís, Godelleta, Buñol, Alborache, Macastre y Yátova. Unos ciento ochenta mil según las distintas versiones de los medios. Y digo abandonó, por que no de otra forma se puede calificar la forma en que la transferencia de esa gestión se está realizando.En estos treinta y cinco días, se están produciendo día a día situaciones que ponen de manifiesto la improvisación, la falta de previsión, el desconocimiento, y sobre todo, el profundo desprecio hacia los ciudadanos que manifiestan los gestores, tanto de la propia consellería, como de la empresa concesionaria de la gestión de los recursos de salud de estas poblaciones.El hecho de transferir la gestión a otra entidad organizativa, no exime a los poderes públicos de la responsabilidad de administrar adecuadamente los recursos y de garantizar que la asistencia se produce en las mejores condiciones, y no se genera ninguna discriminación  sobre estas poblaciones con respecto a las de la áreas de salud que continúan con el sistema anterior de gestión directa por parte de la Consellería.  Para ello, y para que los trabajadores al servicio de la sanidad pública no sufran  merma alguna en sus derechos laborales, está prevista la existencia de una figura, el Comisionado, que en nombre de la Administración vele por que  esto sea así. Pues bien, después de más de un mes de funcionamiento, aún no ha sido nombrada la persona que lleve a cabo esta tarea, de manera que los ciudadanos y los trabajadores de este departamento de salud, se encuentran completamente indefensos frente a las decisiones de la empresa concesionaria.Decisiones que por el momento vienen caracterizadas por actitudes que revelan una absoluta falta de sensibilidad con respecto a la importancia del cometido que tienen entre manos: Velar por la salud de un gran número de ciudadanos de esta Comunidad.  Esas actitudes están llenas de prepotencia, de soberbia y de falta de interés por conocer la situación real de la asistencia sanitaria que pretenden dirigir. Parece, -y estamos seguros de que es así- que todos sus pasos están dirigidos al único objetivo de abaratar costes, y así obtener una rápida rentabilidad de la gran inversión que han hecho, construyendo el hospital.A estas alturas, aún no se ha presentado nadie de la empresa en los Centros de salud para reunirse con los profesionales y así conocer de primera mano las características propias y los problemas de cada Centro y así proceder a poner soluciones que mejoren la asistencia.Pero no es sólo eso. En los últimos años veníamos padeciendo serias dificultades durante los meses de verano, por la falta de sustitutos para las vacaciones de los profesionales. La Consellería había descuidado esa circunstancia, y un número menor de médicos y enfermeras se veían obligados a atender a un mayor número de usuarios en aquellas poblaciones que por sus características son receptores de veraneantes que vienen a pasar en los pueblos varios meses  al año. Este año, a la habitual carencia de sustitutos, se añade el hecho de que las condiciones de contratación y los salarios ofrecidos por la empresa son sensiblemente peores que los de la Consellería, que de esta forma ejerce una especie de competencia desleal, y  se lleva a otras áreas no sólo a los posibles sustitutos para los meses de verano, sino incluso a los que hasta ahora ejercían su trabajo de forma habitual en este departamento.En los últimos días se han producido dos hechos muy importantes que vienen a corroborar lo que estoy diciendo: 1º:- El médico que hasta ahora ejercía en Alborache, terminaba su contrato de interinidad el pasado día 31 de mayo. Para continuar en su plaza el día 1 de junio, debía firmar un nuevo contrato, laboral, con la empresa gestora. Las condiciones que le ofertaron eran de tal naturaleza, que ha preferido una nueva interinidad en una población que dista de su domicilio 40 kilómetros más, pero que sigue en un departamento de salud gestionado directamente por la Consellería, antes que ace
ptar los recortes salariales y sociales que ese nuevo contrato le suponía.
2º:- Los 38 médicos que realizan atención continuada en los distintos Centros de Salud del distrito de Manises, están teniendo reuniones en estos días para decidir de una manera conjunta la actitud a seguir frente a la oferta de trabajo que les presenta la empresa. Se da la circunstancia de que ésta pretende que firmen un nuevo contrato en unas condiciones claramente desfavorables con respecto al que hasta ahora tenían sin que la Consellería les rescinda el actual, que es indefinido, y que tantos esfuerzos ha costado lograr. Es de suponer, que mientras la Consellería no rescinda el contrato, éste sigue vigente, y si lo hace, puesto que es un contrato indefinido, tendrán derecho a una indemnización, finiquito o lo que corresponda según la ley. Y a partir de ese momento podrán negociar con la empresa un nuevo contrato, con la certeza de que si no llegan a un acuerdo, la mayoría de ellos si o todos, tendrán trabajo en otros departamentos de salud, o en otras Comunidades limítrofes en mejores  condiciones.De esto se deduce que nuestras poblaciones van a quedar a expensas de una asistencia primaria incompleta, con profesionales mal pagados y con plazas vacantes que no se van a poder cubrir por falta de los mismos. Pero a la empresa parece no importarle, pues continúa presentando en sus relaciones con estos médicos una actitud de prepotencia y desprecio absoluto a sus derechos.Si es grave lo que ocurre a nivel de asistencia primaria, no, lo es menos en lo que se refiere al Hospital. Siguen las plantillas incompletas, pues no pueden encontrar especialistas con las ofertas salariales y las condiciones laborales que ofrecen. No hay suficiente número de médicos que atiendan las urgencias y esos mismos médicos deben atender a los hospitalizados. Los especialistas que debían acudir a las poblaciones para acercar a los ciudadanos esas consultas, no pueden hacerlo por no ser suficientes siquiera para atender las necesidades del hospital. Siguen sin funcionar de forma correcta los enlaces informáticos entre la atención primaria y el hospital, siguen sin poderse dar citas para las consultas de especialidades desde los mismos Centros, e incluso algunas especialidades se han borrado de los petitorios porque la demanda se ha desbordado y no pueden dar servicio en un tiempo razonable…Pero lo que es peor, las urgencias que acuden al hospital esperan tiempos interminables, para que después, en bastantes casos, se les remita a La Fe, porque el flamante Hospital de Manises no es capaz de resolver su problema, por falta de medios (generalmente humanos, puesto que no consigue completar las plantillas)Y ante todo este panorama desolador, que implica una seria desatención a todos los ciudadanos de estas comarcas, la Consellería hace como si nada le fuera en ello. Ha traspasado la gestión y se lava las manos de lo que ocurra después. Precisamente este aspecto es el que no debemos pasar por alto. Los ciudadanos y sus representantes políticos deben exigir de la Consellería de Sanidad, que es quien sigue siendo responsable de garantizar una asistencia sanitaria universal, gratuita, de calidad y digna, además de idéntica a la de cualquier otra circunscripción o departamento, que cumpla con sus obligaciones y no nos deje a merced de las decisiones de unos empresarios cuya única finalidad es rentabilizar una inversión sin tener en cuenta que lo que tienen entre manos es un Servicio público de primera necesidad, que es además un derecho de los ciudadanos de estos pueblos como de cualesquiera otros de esta Comunidad y de toda España.

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